La guerra en Ucrania está dejando tras su paso devastación e incertidumbre, tanto para los ciudadanos del país, como fuera de sus fronteras. Y aunque los primeros afectados son los habitantes ucranianos, el impacto de la guerra en el medioambiente ha hecho sonar las alarmas de los expertos en el tema.
La ocupación militar de centrales nucleares ya se ha calificado como un “ecocidio“, tal y como menciona la portavoz de Greenpeace, María José Caballero: “Es claramente un ecocidio, ya que extiende el riesgo nuclear a todo el continente europeo”. Además, las explosiones de proyectiles dispersan al entorno carcinógeno, cemento, amianto y metales pesados contaminantes que permanecerán en el ambiente durante un largo plazo.
Si quieres continuar leyendo, puedes hacerlo accediendo a la noticia completa.
